
Padrenuestro en arameo
La oración que el mismo Cristo nos enseñó como modelo de oración para dirigirnos a Dios Padre, como todo Texto Sagrado está sometido a los trasiegos de las lenguas vernáculas traducciones a veces ingenuas, a veces vulgarizadas e incluso malintencionadas.
Un ejemplo más que claro sobre ello es la última petición de las siete del Padrenuestro. Millones de personas hispanohablantes la recitan «y líbranos del mal». Pero la generalización en referencia al «mal», priva de la riqueza de la literalidad de la oración que nos llegó por dos evangelistas Lucas (11, 1) y Mateo (6, 13).
Si tomamos la traducción al latín del texto sagrado en la Biblia Vulgata (la traducida por San Jerónimo) el texto es claro: «sed libera nos a Malo».
En latín no hay duda de cuál sería la traducción correcta: «y líbranos del Maligno». Y Evidentemente el Maligno es el Diablo, no un mal genérico, sino «personal». La partícula «a» latina se refiera a alguien personal, no a una «cosa».
Si vamos al texto griego del Evangelio de San Mateo, se comprueba fácilmente que la traducción latina es fiel, y la española más que deficiente. Así se lee, por ejemplo, en San Mateo: ἀλλὰ ῥῦσαι ἡμᾶς ἀπὸ τοῦ πονηροῦ.
¿De dónde proviene pues la traducción incorrecta? Difícil de contestar, pero hay una referencia clara en una de las traducciones protestantes de la Biblia más famosas, la Reina Valera (1). En ella leemos la siguiente traducción de los dos evangelistas: Mateo 6,13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; Lucas 1,4 … Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. La última versión de la Reina-Valera fue editada en 1960, años antes de las revisiones posconciliares.
NOTA:
(1) La Reina-Valera, es una de las primeras traducciones protestantes de la Biblia al castellano. La obra fue hecha a partir de la traducción de los textos originales en hebreo y griego y fue publicada en Basilea, Suiza, en 1569.Su traductor fue Casiodoro de Reina, religioso español convertido al protestantismo. Recibe el sobrenombre de Reina-Valera por haber hecho Cipriano de Valera la primera revisión de ella en 1602. Actualmente la versión usada es la del año 1960, y es la más usada por los numerosos grupos luteranos evangelistas hispanoamericanos.
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