El espacio público, arte urbano y crisis litúrgica (1)

espacio-juridico

Santo Tomás, comentando el Salmo 25, afirma que Dios a nadie negó el sentido de la belleza, así como a nadie negó el sentido del bien. Belleza y bien, se hallan ontológicamente unidos y la muerte de una parece anunciar la muerte del otro. De ahí que la reflexión sobre el arte se torne especialmente importante en nuestra época. Es innegable que la modernidad ha venido acompañada de un “nuevo arte” que parece imponerse sobre la sociedad al dominar tanto los espacios públicos de nuestras urbes, como los espacios mediáticos. Actualmente, la cultura democrática se ha sumergido en un debate sobre el sentido del espacio público, sus finalidades y su dimensión pedagógica en vistas a fomentar los “valores democráticos”. En estas polémicas, el arte y el espacio urbano –a veces denominado paisaje urbano- cobran un papel primordial.

Es innegable que la modernidad ha venido acompañada de un “nuevo arte” que parece imponerse sobre la sociedad al dominar tanto los espacios públicos de nuestras urbes, como los espacios mediáticos

Por su parte, Zymunt Bauman identifica el espacio público con el viejo “Ágora” griego entendido como la posibilidad de un lugar donde tener la experiencia del bien común. Experiencia que, según Bauman, es imposible en las actuales sociedades democráticas pues el espacio público ha muerto, siendo sustituido por pseudos-espacios públicos y falsas formas de sociabilidad. Profundizar en el sentido de la crisis del espacio público, por tanto en la experiencia del bien común, y a su vez de la belleza, sólo puede realizarse adentrándonos en la antropología. La configuración del “espacio social” está determinada en las culturas por la distinción previa entre un espacio sagrado y un espacio profano. La interrelación entre ambas formas de concebir el espacio, nos permitirá explicar las actuales evoluciones del espacio público y su relación con el arte.

Deja un comentario