Andy Warhol cayó herido de un tiro. Era un 3 de junio de 1968 y este es un hecho que casi nunca se recuerda. La que se lo quiso llevar al otro barrio era Valerie Solanas, uno de los iconos feministas de su época que había decidido acabar con todos los hombres. Sí, con todos. No en vano le diagnosticaron trastornos psicológicos.
Solanas, había tenido una vida más que desgraciada: su padre había abusado siendo ella niña; abandonó el hogar y vivió en la calle; a los 15 años tuvo un hijo que entregó en adopción. Pasó parte de su adolescencia vagabundeando y prostituyéndose, aunque alcanzó a estudiar e incluso llegó a la Universidad.
Escribió un guión medio autobiográfico que le entregó a Andy Warhol. éste no le hizo ni caso y lo debió perder. Valerie Solanas entró en barrena y empezó a acosarle, denunciándolo de querer quedarse con su guión. Y ya sabemos cómo acabó el desencuentro.
Quizá lo más peculiar de esta feminista es su Manifiesto SCUM, acróstico que podría significar: «Society for Cutting Up Men» (Sociedad para cortar en pedazos a los hombres). Era todo un alarde de absurdidad llevada al extremo donde se propone crear comandos femeninos que exterminen a todos los varones del planeta. Entre otras aberraciones se podía leer: «Para ayudar a los hombres en esta tarea, SCUM organizará Sesiones Miérdicas durante las cuales cada hombre presente pronunciará un discurso con la frase: soy una mierda, una mierda miserable y abyecta, y acto seguido procederá a enumerar los distintos aspectos de su mierdicidad» (esto es sólo es un botón de muestra suave).
Siendo un delirio, el Manifiesto SCUM, se ha convertido en objeto de culto para el feminismo más radical y sectario. Avita Ronell, catedrática de la Universidad de Nueva York,dice de él: “El Manifiesto Scum fue considerado como uno de los tratados más escandalosos, violentos y enloquecidos cuando apareció por primera vez en 1968. (….) Pero es imposible menospreciar, a pesar de toda su mordacidad, el manifiesto como si se tratase sencillamente de las palabras de una lesbiana lunática. De hecho, la obra posee una indisputable presciencia, no sólo como un análisis feminista radical sumamente avanzado a su tiempo… prediciendo la inseminación artificial, los cajeros automáticos, una revolución feminista en contra de la sub-representación en las artes”.
Tras el intento de asesinato de Andy Warhol fue condenada a ser internada en un psiquiátrico. Era lesbiana, adicta a las drogas y para pagarse la adicción no abandonó la prostitución. Estuvo entrando y saliendo de sanatorios mentales hasta el final de sus días. Murió con 52 años en una institución benéfica católica.