Recuerda su ejemplo y sacrificio,
Terç de Requetés de Nª Sª de Montserrat 1936-39
Este sábado 29 de enero, el carlismo catalán ha unido a carlistas, tradicionalistas y simpatizantes en un profundo acto de desagravio por la profanación de, por parte de la Abadía de Montserrat, del monumento al Requeté.
Al final del acto religioso y de reparación se ha leído este manifiesto común y entregado al Prior de la Abadía

“La Moreneta llora por sus Requetés”
Nos hemos reunido en esta plaza con el corazón atravesado por el dolor de la profanación, el pasado 14 de enero, del Monumento del Requeté yacente que presidía el Mausoleo del Tercio de Montserrat: una tierra santa donde reposan los restos de aquellos catalanes fieles a la Tradición, que ofrendaron sus vidas por la restauración de la Religión y de la Patria. Los responsables de esta barbarie habéis humillado a los descendientes espirituales de los Macabeos, tal y como se lee en los versos bíblicos que rodean la cripta donde reposan. Nuestro dolor es semejante a la abominación de la desolación que relata el Profeta Daniel, cuando contempló en una visión cómo era blasfemado el Templo de Jerusalén con sacrificios paganos. Sentimos que los responsables de custodiar en esta Abadía a nuestra Patrona, la “Moreneta”, han cometido un gran sacrilegio: segar la memoria de nuestros mártires caídos en la Cruzada del 36.
Al igual que aquellos que quieren enterrar la memoria de nuestro obispo mártir, D. Manuel Irurita, los depositarios de la fe, han colaborado con los que arrebataron la vida a los requetés catalanes y ahora quieren asesinarlos nuevamente con el olvido. ¿Dónde queda la obra de misericordia de enterrar a los muertos? En ella se incluye no olvidarlos, rezar por sus almas y pedir constantemente su intercesión. Olvidar a nuestros muertos, es peor que arrebatarnos el alma.

Un pecado contra el Espíritu Santo, de esos que no serán perdonados, consiste en “Negar una verdad manifiesta”. Retirando el Monumento, negáis que nuestros mártires merezcan veneración y respeto; negáis que su combate fuera justa; negáis que su sangre sea fértil; negáis -en el fondo- que la fe por la que murieron es la única y verdadera. Así, ¡Oh sepulcros blanqueados! Os habéis entregado a la apostasía y os habéis sometido a la idolatría del poder político -el nuevo Antíoco- que profana el Templo y sustituye el sacrificio agradable a Dios. No creéis en la Patrona de las tierras catalanas, sólo creéis en un falso ídolo: la “nación catalana” y su ramera, esta democracia anticrística. Y esa es la causa de vuestra ceguera. De vosotros ya dijo Nuestro Señor Jesucristo: “guías ciegos”, pues sois los nuevos fariseos que confundís al pueblo.
Un pecado contra el Espíritu Santo, de esos que no serán perdonados, consiste en “Negar una verdad manifiesta”. Retirando el Monumento, negáis que nuestros mártires merezcan veneración y respeto
Retirando la imagen de nuestro queridísimo requeté, que miraba hacia la Virgen, representando su postrer advocación antes de morir, habéis deshonrado a la Moreneta. ¿Acaso olvidáis que ellos deseaban reposar a los pies de la Madre celestial?, esperando el día de la resurrección de la carne y del Juicio Final donde Cristo les ha de reconocer como los que lavaron sus túnicas blancas con la sangre del Cordero. ¿Acaso olvidáis que el Abad Escarré prometió solemnemente que la comunidad custodiaría perpetuamente sus restos? Vosotros podéis olvidar, pero no Dios.
¿Quiénes somos?, os preguntaréis. Somos los descendientes espirituales de los requetés. Somos discípulos de su ejemplo y el fruto de su martirio. Representamos la verdadera Tradición de Cataluña, de la que Torras i Bages sentenció: “Será cristiana o no será”. Pertenecemos al linaje de aquellos catalanes que prefirieron la muerte que entregarse a las tentaciones del liberalismo y sus falsas promesas. Somos parte de los que eligieron las libertades cristianas contra el libertinaje pagano. Somos piedras de esa magnífica fortaleza que se llamó Cristiandad y que ahora, desde dentro, queréis destruir.

Somos los descendientes de los visigodos que desde Montgruny -la Covadonga catalana- iniciaron la reconquista de nuestras tierras contra el Islam; somos descendientes de los Almogávares, de los marineros y soldados catalanes que combatieron en Lepanto, de los Miquelets que lucharon contra la Revolución Francesa, de los somatenes que en el Bruch doblegaron las fuerzas napoleónicas, de los “malcontents” y “els matiners”. Somos descendientes de aquellos carlistas que, amando profundamente su religión y fueros, se fundieron en las Españas y evangelizaron medio orbe. Somos, en definitiva, los continuadores de los cruzados del 36, somos boinas rojas, siempre dispuestos a dar la vida por Dios y por España. No hemos dejado nunca de existir y aquí estamos porque vuestra traición nos ha interpelado a volver al combate.
Somos, en definitiva, los continuadores de los cruzados del 36, somos boinas rojas, siempre dispuestos a dar la vida por Dios y por España. No hemos dejado nunca de existir y aquí estamos porque vuestra traición nos ha interpelado a volver al combate.
Vosotros a los que Nuestro Señor os ha encomendado velar por la fe y custodiar a su Santísima Madre, ¿por qué queréis que olvidemos a nuestros muertos? No lo conseguiréis. Tampoco olvidamos a los 23 benedictinos mártires de esta Abadía inmolados en la terrible persecución religiosa del 36 y que ahora escondéis. No olvidamos que os enorgullecéis de demócratas y antifranquistas, pero que dos veces acogisteis al General Franco bajo Palio. No olvidamos que escondisteis a asesinos terroristas y marxistas que pedían la destrucción de la Iglesia. Entre vuestros muros ha germinado el nacionalismo, la ideología del odio por excelencia. Fuisteis el pesebre que acogió el movimiento político de Pujol que nos ha llevado al enfrentamiento y la destrucción de Cataluña. Y después de todo esto ¿Os molesta la imagen de un requeté? También a los fariseos les molestaban los milagros de Cristo y se lo recriminaban y le exigían que no los mostrara públicamente. ¿Os suena esta postura?
Ponemos como testigos de vuestra prevaricación a los 319 requetés catalanes del tercio de Montserrat que cayeron en combate. Desde el cielo os miran; desde el cielo os señalan; desde la diestra del Padre os exigen que reparéis vuestra gravísima falta. Con ellos, los aquí presentes en la tierra, os demandamos que restituyáis el monumento. Habéis puesto en peligro desde hace tiempo la salvación de vuestras almas eternas. Es quizá momento de imprecar vuestra redención con un gesto de reconocimiento para con los que murieron para que ahora podías disfrutar de vuestras prebendas. Decís que amáis Cataluña, pero sois cómplices de su agonía espiritual. Y aquí estamos para recordároslo. Somos los hijos de la Tradición que nunca podréis matar. Nuestro deber es exigiros que cumpláis vuestros deberes. Es momento de acabar con tanta hipocresía. La Verdad es una y nos interpela a todos. A vosotros como consagrados a Dios y a nosotros como veladores de los cuatro pilares de nuestro solar cristiano: Dios, Patria Fueros y Rey.
Por eso queremos que nuestros gritos resuenen hoy en estas montañas y despierten vuestra conciencia:
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la España Católica! ¡Visca Catalunya espanyola! ¡Loor y gloria a los mártires!
Carlismo catalán, en Montserrat, 29 de enero de 2022, Festividad de San Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios

RECOGIDA DE FIRMAS
FIRMA AQUÍ para que pueda restaurarse en su lugar el recién profanado monumento al Requeté en Montserrat
CARTA DIRIGIDA AL ABAT DE MONTSERRAT
Ante la retirada del monumento a los requetés caídos del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat, emplazado en el exterior del monasterio del mismo nombre, solicitamos al Rvdo. Sr. y Rvdo. P. Manel Gasch Hurios, Abad de la comunidad benedictina de Montserrat, que se restaure su profanación. El escultura del Requeté yacente debe ocupar su lugar en la Santa Montaña y mirando, desde que fue colocada, a la Mare de Déu, nuestra “Moreneta”.
La comunidad benedictina no puede olvidar que los 319 requetés catalanes caídos en combate lo hicieron por defender la misma religión que profesa la comunidad. Esta Abadía no puede olvidar a sus 23 monjes martirizados y beatificados por la Iglesia. Ni mucho menos puede obviar que sólo a nivel eclesiástico, en Cataluña se produjeron 2.441 asesinatos. Entre ellos tres obispos catalanes (sin contar con los que murieron en suelo catalán), 1.538 presbíteros, 824 religiosos y 76 monjas. Igualmente, no se puede dejar caer en el olvido a los miles de catalanes asesinados en la Cataluña gobernada por Comanys, muchos de ellos por ser simplemente católicos.
Pedimos una VERDADERA memoria histórica y ello no puede lograrse ocultando lo que proporciona sentido a nuestra historia. Queremos que se recuerde el terror vivido en la Cataluña republicana durante el trienio 1936-1939. Es un deber recordar a aquellos que dieron su vida por defender por Dios y por España. Nadie puede dar lecciones de catalanidad y españolidad a aquellos requetés que cada noche, en las trincheras, rezaban el rosario y entonaban el Virolai.
Protestamos que, por el contrario, se ensalce anualmente al responsable de casi 8.500 asesinatos en Cataluña, Lluís Companys, que se jactaba de haber acabado con la religión católica en Cataluña. Y reclamamos que, oficialmente, se oficie una Santa Misa en reparación de la reciente profanación del Mausoleo donde descansan los restos de doscientos requetés del Tercio, esperando -como señala nuestro Credo- la resurrección de la carne, en el día del juicio final, donde se reconocerán sus méritos.