La crisis educativa (y 2)

Parte 1

La crisis educativa (1)

Parte 2

Una lectura plana de dos modelos “exitosos”: Finlandia y Corea

Según los indicadores meramente materiales, sin tener en cuenta la dimensión moral y trascendente, podemos reflexionar sobre dos modelos educativos relativamente “exitosos”. En el marco del informe Pisa hay dos países que destacan por sus logros: Finlandia y Corea. Analicemos brevemente las claves de sus logros. En el modelo finlandés los padres participan mucho más en el proceso educativo que los padres de nuestras escuelas. En España, los padres delegan la responsabilidad de la educación en la escuela y centran su preocupación si ven peligrar la proyección de autorrealización que realizan sobre sus hijos. Los padres finlandeses nunca rebaten la autoridad de los docentes sino que su autoridad prevalece en los casos de conflicto. El Estado no suele intervenir en el día a día, con normas complicadas y presiones de inspectores, sólo señala un 75% de materias obligatorias. Por su parte, los docentes están muy reconocidos socialmente. Muchos universitarios quieren ser maestros ya que no es una profesión denostada. Además, los educadores están muy bien preparados, pues su carrera es de cinco años y la mayoría los complementa con un máster o estudios posgrado (algo impensable en el alumno medio que había estudiado magisterio en España).

finlandiaLos maestros finlandeses tienen un margen muy amplio de libertad para trabajar con el alumno y pueden decidir si los alumnos deben repetir curso o no curso, especialmente en los años de primaria (cosa impensable en España). Los problemas de disciplina son rápidamente detectados (en los primeros cursos de primaria), acotados y resueltos, con el apoyo de los padres. Por tanto, son sabedores que la ausencia de autoridad disolvería la escuela. En España para resolver en un Instituto público un problema de desacato a la autoridad, pueden transcurrir meses y, con altas probabilidades, acabará sobreseído por la acción del inspector. En la cultura finesa el profesor cuenta con muchísimo prestigio y éste se lo ha ganado a pulso. Pues los profesores redoblan sus horas si ven que algún alumno se está quedando atrasado. Por ello se entiende que de todos los que quieren estudiar magisterio en la Universidad, un 85% se quedan sin plaza debido a la altísima demanda.

corea1El caso de Corea se puede explicar por las reformas educativas que se han ido realizando en el país. De partida hay que decir que los centros educativos privados, en porcentaje, son los más altos de la OCDE, superando el 50%. En 1995 se realizó una reforma que difieres esencialmente de las que estamos habituados. Consistió esencialmente no en regular la educación, sino en desregularizarla. Se abolió la inspección directa del Ministerio y se abrió la escuela al apoyo de las familias y de la sociedad. Los alumnos se descargan de aprendizajes innecesarios y se evita una enseñanza homogénea para todo el país. Hemos de pensar que en España tanto alumnos como docentes son los que más horas pasan en los centros, y no por ello tienen los mejores resultados, más bien lo contrario. Una última característica, de las muchas que podríamos señalar, es que la autoridad de los profesores es indiscutible y cuenta con todo el soporte de la sociedad y de los poderes públicos. Corea es una país donde se valora mucho la capacidad de memorizar y lo que podríamos denominar la enseñanza tradicional. Sin embargo, todo ello tampoco acaba de explicar totalmente por qué un sistema funciona y otro no. Creemos que la respuesta debemos encontrarla en otras causas. Por cuestiones de restricción de espacio sólo nos ceñiremos a una.

 

Una causa más profunda: el fracaso del ordo amoris.

La educación está en crisis no por cuestiones de presupuestos, ni siquiera de metodologías, que pueden ayudar, pero no determinan el éxito o el fracaso. Nos gustaría hacer una reflexión en un sentido más profundo: la educación fracasa cuando se hunde el ordo amoris. Para entender lo que es el ordo amoris hay que comprender que el ser humano, al nacer, se ve inserto en una trama de vínculos, de ámbitos de vida donde experimenta el verdadero amor: el padre y la madre, los hermanos, los amigos. Sin esta experiencia de verdadero amor, es imposible transmitirlo si no se ha recibido. Por eso san Agustín afirma que todo el mundo es un ámbito que viene del amor y está orientado al amor. Sin esta estructura de amor no puede transmitirse nada, ni siquiera el conocimiento y todo está condenado a fracasar. Una cierta analogía la encontramos en el “contagio” del divorcio al constatarse que los hijos de divorciados, con una alta probabilidad, acabarán divorciándose.

ordo-amorisRespecto al conocimiento se entiende mejor si lo consideramos como una forma de generación espiritual. En lengua francesa se ve más claro al analizar el término connaisance (con-naissance), que podría entenderse como un «nacer con». Sólo podemos entender las cosas como naciendo con la ayuda de alguien, en este caso del maestro. Los verdaderos maestros son los que procuran la ayuda para el nacimiento intelectual del alumno. El fracaso de la educación viene cuando el maestro se transforma en funcionario o un asalariado concertado por la administración pertinente. Toda educación sólo es posible en la medida que se llega a conocer al educando, o al hijo. Y este conocimiento sólo es posible desde la experiencia del ordo amoris.

Max Scheler, en su obra Ordo amoris, afirmaba que “Quien posee el ordo amoris de un hombre posee al hombre. Posee respecto de este hombre, como sujeto moral, algo como la fórmula cristalina para el cristal. Ha penetrado con su mirada dentro del hombre, allá hasta donde puede penetrar un hombre con su mirada. Ve ante sí, por detrás de toda la diversidad y complicación empírica, las sencillas líneas fundamentales de su ánimo, que, con más razón que el conocimiento y la voluntad, merecen llamarse el ´núcleo del hombre´ como ser espiritual. Posee en un esquema espiritual la fuente originaria de donde emana radicalmente todo cuanto sale de este hombre (…). Los bienes hacia los cuales orienta el hombre su vida, las cosas prácticas, las resistencias del querer y del hacer con que tropieza su voluntad, todo esto se halla penetrado del mecanismo selectivo especial de su ordo amoris y vigilado al mismo tiempo por él. El hombre no prefiere siempre las mismas cosas y las mismas personas, pero sí las mismas clases de personas y de cosas, clases que son en todo caso clases de valores que le atraen en todas partes conforme a ciertas reglas constantes del preferir (o posponer) lo uno a lo otro, o le repelen dondequiera que vaya. (…) En cada caso de este atraer y repeler se oculta el ordo amoris del hombre y su especial relieve”.

El ordo amoris, esa experiencia de verdadero amor que muchos padres y educadores han perido y no saben transmitir, es la que permitiría que cada hombre aprehendiera su existencia como una vocación y una misión que ha de realizar dentro del contexto de su particular destino. Es por tanto, lo que nos orienta y adentra en un auténtico ideal de la vida humana. Por el contrario, la educación ha quedado reducida hoy en día a una mera preparación profesionalizadota (bastante insuficiente dicho sea de paso). En ello hay algo de trasfondo teológico, si atendemos a una curiosa afirmación de Michael Maffesoli, cuando afirma que Pelagio es el verdadero fundador de la escuela racionalista. Y este es el indudable fracaso de la educación, plantear un sistema educativo cerrado a la gracia y al amor real.

2 comentarios en “La crisis educativa (y 2)

  1. La situación actual es penosa, y lo digo en el sentido estricto de la palabra, genera pena, lástima… Creo que el mundo se torna cada vez mas oscuro, y existe una enajenación en las personas frente a la que solo podemos resistir.

    La resistencia frente a lo perdido, a lo que no deja de escapársenos cada vez más de entre los dedos, cayendo al abismo… En este sentido, lo que llamamos posmodernidad no deja de ser el cúlmen de la degradación de un estado de cosas que define a nuestra civilización, a nuestro orden filosófico.

    Resistiremos hasta que caigamos como tantos que nos precedieron, y esas bonitas palabras seguiran resonando, salidas de aquellos que vivamos y muramos por la esencia del orden moral cristiano, las palabras latinas que has fijado en el título de tu blog: semper ídem, semper fidelis.

    La crisis educativa es la crisis social, y esta la crisis humana, la crisis del hombre. Los enemigos del cristianismo, minando una y otra vez, hiriendo sin cesar a la verdad. ¿Acaso no ha sido todo en occidente, desde la reforma hasta la posmodernidad, una forma de burdo anticatolicismo furioso?

    Lo dicho, en estos tiempos difíciles… Semper ídem, semper fidelis.

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