La disolución del pensamiento político católico en España (y 7): el sucedáneo de la doctrina «neocon», contra la cultura política católica

 

Parte 1 – La disolución del pensamiento político católico en España: Una previa, de la monarquía católica a la nación de católicos

Parte 2- De la aspiración a un Partido católico al catolicismo social, como estrategia antiintegrista y anticarlista

Parte 3 – La disolución del pensamiento político católico en España : La cultura política católica durante el franquismo y el inicio de la debacle

Parte 4 –  El impacto de la “Pacem in Terris” en la España franquista

Parte 5 – Tardofranquismo y transición: entre Cristianos por el socialismo y los Demócrata cristianos

Parte 6 – Las profecías cumplidas

 

Y parte 7 – el sucedáneo de la doctrina neocon, contra la cultura política católica

 

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Cardenal Tarancón con Suárez y Carrillo

Es fundamental repasar la homilía del Cardenal Tarancón en la Misa del Espíritu Santo en la consagración de la Corona en la que se entronizaba a Don Juan Carlos de Borbón como Jefe del Estado. La homilía era todo un programa de lo que la iglesia española en la transición española debía ejecutar. Se resumiría en un llamamiento a la “reconciliación”, la normalización de las relaciones Iglesia-Estado (expresadas como una liberación de las relaciones con el Estado franquista, pero que abocarían a la Iglesia a los criterios del futuro Estado laicista) y, por último, la abstención de la iglesia de apoyar partidos confesionalmente católicos o de señalada advocación cristiana como los demócrata cristianos. Ello llevó sin duda a que el voto católico conservador acabara recalando en la UCD y el voto católico progresista en el PSOE principalmente, como bien pueden demostrar muchos estudios sociológicos.

La vacuidad y ambigüedad de los documentos de la Conferencia episcopal española a lo largo de décadas, dejó a los católicos sin una orientación firme de sus Pastores. Éstos, consagrando la autonomía absoluta del poder temporal, pronto perdieron la autoridad moral para dirigir a sus rebaños y la laicidad encontró un camino trillado por la propia jerarquía eclesial. Si lo religioso y lo político; lo natural y lo sobrenatural debían permanecer separados, en consecuencia, se tornaba absurdo una reflexión verdaderamente católica sobre lo político y se negaba la autoridad de una doctrina perenne al respecto. Así murió, casi de impacto súbito, la cultura política española. El vacío dejado, ha sido rellenado con el tiempo por un pensamiento neocon español, de corte y notable influencia norteamericana. El “pensamiento” político carece de fundamentos, pero se sustenta precisamente en la ausencia de la proclamación, defensa y aplicación de una sólida doctrina católico en lo referente al ámbito político.

La vacuidad y ambigüedad de los documentos de la Conferencia episcopal española a lo largo de décadas, dejó a los católicos sin una orientación firme de sus Pastores.

El pensamiento neocon no ha encontrado ningún rival que frenara la expansión de su discurso sobre sectores conservadores y -de momento aún- con una cierta base sociológica católica, aunque no siempre corresponda a una coherencia personal con la práctica religiosa católica. Dicho de otro modo, la derecha o conservadurismo español es capaz de defender en lo doctrinal la mayoría de postulados de izquierdas y vivir sin intentar mantener una coherencia católica -sobre todo en materias de moral y costumbres- aunque sin ser explícitamente anticatólicos. La ausencia de un pensamiento político católico fuerte y con influencia, ha permitido además a los neocons configurar el canon de interpretación de la Transición democrática y sus consecuencias en materias religiosas. A modo de ejemplo, en un documento de Faes, titulado La “cuestión religiosa” en la Transición, leemos: “El cardenal Tarancón y Adolfo Suárez mantuvieron una buena sintonía personal. Suárez, católico sincero que había militado en su juventud en las filas de la Acción Católica, había entendido la evolución de la Iglesia desde el Concilio y consideraba que favorecía mucho a su programa de cambio la decidida apuesta eclesial por la reconciliación”[1].

El texto –elaborado para configurar el pensamiento conservador español- concluye (evidentemente) renegando del 18 de julio y alabando la actual situación: “El artículo 16 de la Constitución, la ley de Libertad Religiosa y los Acuerdos del Estado con la Santa Sede constituyen las tres piezas funda- mentales con las que el nuevo sistema constitucional establecía las bases para asentar el fenómeno religioso en una democracia en la que se pudiera cumplir el propósito impulsado por Adolfo Suárez al inicio de la Transición de que cupieran en ella todos los españoles. La distancia con el modelo confesional del Estado del 18 de julio era abismal. Se había dado paso a un modelo de “laicidad positiva”, como ha sido calificado por el Tribunal Constitucional. Y se había podido realizar sin ruptura de la continuidad histórica y con un notable grado de consenso, en el que se pudieron superar, mediante compromisos y cesiones mutuas, los nada fáciles escollos para alcanzar tan deseable objetivo. Este es el legado de la Transición en materia religiosa al servicio de la convivencia entre los españoles, que hay que valorar en toda su dimensión histórica y que resulta imprescindible preservar”. Esta es la (im)postura de los intelectuales conservadores.

El pensamiento neocon no ha encontrado ningún rival que frenara la expansión de su discurso sobre sectores conservadores y -de momento aún- con una cierta base sociológica católica, aunque no siempre corresponda a una coherencia personal con la práctica religiosa católica.

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El pensamiento neocon ha aterrizado en España, en el ámbito teórico de manos de Faes o el Grupo de Estudios Estratégicos (Gees), entre otros; y en el ámbito práctico diversas organizaciones han imitado las formas de movilización de “masas” o “mayorías silenciosas”, siguiendo modelos y estrategias norteamericanos. Durante el siglo XIX y XX, los católicos españoles quisieron movilizarse y organizarse para defender la unidad religiosa, el Estado confesional o la monarquía católica, para después involucrarse en la “cuestión social”. El prometedor ámbito de lo social ya anticipaba una trampa en el primer tercio del siglo XX como maniobra desmovilizadora de la lucha política católica. Todo ello culminó con un Concilio Vaticano II y un posconcilio doctrinal y pastoralmente desastroso donde las “masas” católicas cayeron en la trampa dialéctica del diálogo con el “Mundo”.

Con otras palabras, se desmoronó la doctrina y con el tiempo se vaciaron las iglesias. A principios del siglo XXI, el catolicismo político ha quedado reducido a las movilizaciones sociales en la lucha por la vida o una inicua súplica de unos derechos fundamentales en materia educativa. Pero fuera de ahí, simplemente es capaz de articular un discurso vacuo y sin doctrina, en el que se da por buena la laicidad del Estado y la situación posconciliar y el estatus constitucional presente.

Con otras palabras, se desmoronó la doctrina y con el tiempo se vaciaron las iglesias. A principios del siglo XXI, el catolicismo político ha quedado reducido a las movilizaciones sociales en la lucha por la vida o una inicua súplica de unos derechos fundamentales en materia educativa.

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Para el pensamiento neocon la acción política católica consiste esencialmente en influir en una estructura política y social que no hay que cambiar, sólo “llenarla de valores”. El sistema político -la democracia liberal- se ha convertido en “esencialismo” y el catolicismo es un “accidentalismo” que conviene extender en la sociedad para que esta no se desmorone. Este es, en resumidas cuentas y vulgarizado, el eje vertebrador del pensamiento político de Leo Strauss, padre del pensamiento neocon. A propósito de la presentación del libro titulado ¿Qué piensan los neoconservadores españoles?, en 2007, José María Aznar sintetizaba el lenguaje y las ideas dominantes en la derecha española y sus últimos restos de catolicismos sociológico.

La frases fueron recogidas en un artículo del diario El País: “se enfatizaron cosas como «la pervivencia de nuestros sistemas democráticos depende de nuestra capacidad para expandir la libertad en el mundo»; «creemos en la superioridad de los valores … que han fundado nuestra civilización occidental»; «la amenaza [terrorista] requiere una respuesta contundente por parte de Occidente»; «[frente] al relativismo moral y la pérdida de los valores esenciales … [necesitamos] una alianza global del conjunto de países libres», y para terminar, «la libertad se encuentra hoy especialmente amenazada en España como consecuencia de un Gobierno débil y radical que se arrodilla ante el chantaje del terror». Frente a ello, «ha llegado el momento de dar y ganar la batalla de las ideas a una izquierda melancólica que sólo sabe mirar al pasado y arrebatarle las banderas de la libertad, del progreso y de la modernidad que en algún momento nos dejamos robar por una fatal mezcla de cobardía intelectual y atonía moral»”[2].

El sistema político -la democracia liberal- se ha convertido en “esencialismo” y el catolicismo es un “accidentalismo” que conviene extender en la sociedad para que esta no se desmorone.

Estas ideas de progreso y de modernidad, son precisamente -sin necesidad de realizar profundos análisis, las condenadas en el Syllabus de Pío IX. Pero poco importa que un católico vote un partido conservador si ya no sabe ni qué es el Syllabus. La tragedia a la cultura política en España, es que en los años conciliares se entregó al socialismo y ahora al pensamiento neocon, cuyo fundamento filosófico está en autores judíos como Leo Strauss o ex trostskistas también judíos como Irving Kristol. A ello se une una defensa aferrada en cuestiones económicas del liberalismo defendido por la Escuela austriaca liderada en su momento por otro pensador de origen judío: Von Mises (haciéndonos creer que la escuela austriaca es la evolución natural del pensamiento católico económico desarrollado en la Escuela de salamanca).

No deja de ser sospechoso y dramático que casi toda la “intelectualidad” católica se haya rendido sin el más mínimo posicionamiento crítico, a un pensamiento elaborado por anticatólicos y sobre fundamentos filosóficos, antropológicos y políticos también anticatólicos. Así: “Si Friedrich August Von Hayeck y Milton Friedman erigieron la justificación ideológica del sistema capitalista en la economía, Leo Strauss proporcionó la justificación ideológica de la vertiente conservadora del actual capitalismo[3].

El fundamento filosófico del pensamiento neocon está en autores judíos como Leo Strauss o ex trostskistas también judíos como Irving Kristol. A ello se une una defensa aferrada en cuestiones económicas del liberalismo defendido por la Escuela austriaca liderada en su momento por otro pensador de origen judío: Von Mises

Para Leo Strauss y sus adeptos, la religión está al servicio de la política como una fuerza cohesionadora, al proporcionar “valores” a la sociedad que la salvaguarden de la desintegración. Como el capitalismo y la sociedad de consumo degradan a la sociedad y tienden a descomponerla, a ésta hay que dotarla de valores y un “mesianismo”: salvar y extender la democracia. Toda de la estructura de valores, sean familiares sean patrióticos sean religiosos, no tienen valor en sí mismos por su contenido, sino por su función social social. De ahí que las movilizaciones de las masas entorno a estos valores sean una de las estrategias básicas de los neocons. Pero no se movilizan a las masas para cambiar el sistema, sino para conservarlo.

Javier Barraycoa

 

NOTAS:

[1] Eugenio NASARRE, “La “cuestión religiosa” en la Transición”, Madrid, Faes, julio/septiembre, 2012, p. 119.

[2] Joan SUBIRATS, “Nuestros ‘neocons’”, El País, 23 de marzo de 2007.

[3] Francisco José FERNÁNDEZ-CRUZ, Ayn Rand y Leo Strauss, Alicante, Eas, 2015, p. 71.

5 comentarios en “La disolución del pensamiento político católico en España (y 7): el sucedáneo de la doctrina «neocon», contra la cultura política católica

  1. La jerarquía romana desde los Concilios Vaticano I y II, ha traicionado y abandonado el Catolicismo, con ello ha llenado plazas y estadios pero ha vaciado las iglesias.

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  2. Hay unos obsesionados con el peligroso liberalismo de Robespiere y el de Marat, parecen demonios vivos y a mí lo que me parece es que se han cometido el coco de asistir a cursillos espirituales en que se hablan del terrible liberalismo y se están refiriendo a un liberalismo que yo no sé ni imaginar. Ahora no sé si Robespierre era un gobernante francés que guillotino a algún liberal de los terroríficos,uno de estos fanatizados dice que el liberalismo lleva al comunismo y eso me parece una barbaridad.Cuando Gonzalo Altozano, el que iba para mafioso pero dio la vuelta y se convirtió en un periodista que ejerce una labor de apostolado en su programa “No es bueno que Dios esté solo”,le preguntó a don Pío Moa que cómo se consideraría en lo político,contestó “liberal conservador” y don Pío Moa también hace una labor de apostado político-histórico, aunque él no sea historiador de Universidad,que no ha estudiado la licenciatura en Historia, pero si don Pío Moa es mala persona,entonces no hay ninguna buena persona entre los Católicos españoles. El paga impuestos para atender a los que no se pueden valer por sí mismo y aunque no sé considere aún cristiano,no creo que esté muy lejos,dice que incluso reza porque hay cosas inexplicables.Federico Jiménez Losantos se considera liberal, no le oído lo de conservador,pero se contera ateo pero católico, algo parecido a lo que decía el gran filósofo don Gustavo Bueno,que se interesó por la metafísica y dicen que se sabía La Escolástica de memoria, Ivan Vélez fue seguidor de don Gustavo Bueno,no pocas veces parecía un adolescente enfadado porque se podía enganchar con cualquier fuera el rey o su portero.Federico paga impuestos muy a gusto para ayudar a los que no se pueden valer por sí.Yo mismo soy un liberal en conciencia y creo que el Dios del que a veces dudo,pero tengo a Santa Teresa de Calcuta, de referencia para no desviarme,yo creo que yo nació con valores en mi conciencia positivos,la mayoría en mi caso se hubiera dedicado a la bebida de alcohol,como hacían todos los de alrededor pero nací distinto y me tendencia ha sido la búsqueda de los grandes valores, Dios sabrá porqué y por eso no sé a qué se refiere el Papa Pío IX, a qué se refiere el Papa Pío IX conque él liberalismo es un pecado gravísimo.

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    • «Anónimo» escondido en el anonimato, el liberalismo es sacar beneficios como sea y a costa de quién sea, solo los ricos pueden ser liberales y defender el liberalismo. Las injusticias que este sistema político ocasiona, provocó en el pasado la aparición del marxismo, en la actualidad también ese ha sido absorbido por el liberalismo económico y ya solamente es marxismo cultural.
      Da igual quien se defina liberal, una injusticia seguirá siendolo independientemente de quien la proclame.

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  3. Copié un día que estuve indagando sobre Enrique VIII que se endiozo porque quería divorciarse y volverse a casar y como la Iglesia Católica no se lo permitía y el tipo se dijo «pues me creo una religión distinta», a la llamó Iglesia de Inglaterra, que se llamó Iglesia anglicana, se apropió de todos los bienes de la Iglesia Católica y le cortó la cabeza a Santo Tomás Moro por no aceptaba el que viviera con otra mujer distinta a la que se casó y copié
    nueve anglicanos que se convirtieron al Catolicismo:
    1) Scolt Hann.Ex pastor presbiteriano y exproprofesor de teología protestante.
    2) Bill Thigpen.Ex editor y escritor para revistas evangélicas.
    3) Marcos Grodi.Ex ministro protestante con licenciatura en Teología en Teología y Biblia.
    4) Steve Wood.Ex director de un instituto Bíblico en la Florida.
    5) Bop Sungenis.Ex profesor de Biblia en la estación evangélica «Family Radio».
    6)Douglas Bogart.Ex misionero evangélico en Guatemala.
    7)David B.Currie.Ex ministro con un «Master in Divinity».
    8)Antiguo pastor anglicano nombrado obispo por Juan Pablo II.
    9)Fernando Casanova.Ex Pastor Pentecostal de Puerto Rico.

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  4. Un día entre personas del Opus Del, de los católicos propagandistas dirigidos por José Manuel Otero Novas y los que dicen que al ir al lugar donde una virgen los convierte en católicos completos y no leian la Biblia , sino a los Papas (en Bosnia ),me puse a buscar Papas ( se creen que son infalibles ), entonces cambia la cosa.Se me desaparecieron los Papas.

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