Trinchera

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En medio de las tensiones políticas y vitales no es infrecuente recurrir a la metáfora de la trinchera: “estoy en la trinchera”, “hemos de atrincherarnos”, “se ha encerrado en su trinchera”. Militarmente hablando, que no etimológicamente, los primeros bocetos de trincheras aparecieron ya en el siglo XVI. Ello correspondía esencialmente la progreso en el armamento de ciertos ejércitos que dejaban en posición de debilidad manifiesta a los oponentes. Para compensar la inferioridad, las primeras trincheras eran desniveles naturales que buscaban ponérselo difícil a ejércitos mejor preparados. En las guerras carlistas ya encontramos el precedente de lo que serán las trincheras del siglo XX, donde se escarbaban fosas de escasa profundidad para defenderse ante la notable diferencia de buen armamento, y sobre todo superioridad artillera, por parte del ejército liberal. Y de poco sirvieron. Y luego llegó la Primera Guerra Mundial y su terrible táctica de trincheras. Fueron un homenaje a la miseria de los Estados modernos que no dudaron en sacrificar a millones de hombres en desgastes bélicos inútiles.

En definitiva, si en la vida acabas en una trinchera es que eres un “pringado”.

Somos testigos directos de la debacle de una España que se descompone, bien por fuerzas separatistas, bien por consunción moral y social, bien por ausencia de un bien común patente por el que entregar la vida. Parece que alguien ha experimentado en nuestra Patria con técnicas de ingeniería social al servicio de no se sabe qué poderes inalcanzables para nuestra imaginación y, así, transformarnos en esclavos idiotizados, cuerpos sin almas, ciudadanos sin Patria, mentes sin voluntad. Véanlo como quieran, pero estamos ante la lucha por la preservación de una ontología y una cosmovisión, y de momento vamos perdiendo.

estamos siendo transformarnos en esclavos idiotizados, cuerpos sin almas, ciudadanos sin Patria, mentes sin voluntad

trin2Ante tanto fuego cruzado, algunos hemos caído en perdidas y aisladas trincheras desde las que intentamos resistir. Es evidente que estamos en minoría cuantitativa, con la moral baja y sin apenas más recursos que nuestras manos. Y lo que es peor, entre los que el destino nos ha arrojado juntos a esos fosos aparentemente salvadores, nos encontramos con frecuencias con una paradoja: los que dicen luchar con nosotros, en sus mentes están arraigados estereotipos, creencias y hábitos mentales y morales que son los de nuestros enemigos. Lo triste es que son incapaces de ver que su combate material ya lo han perdido en lo espiritual.

Si algunos revolucionarios como el Che Guevara teorizaron sobre la guerrilla, a mí me complace, esbozar mi patética teoría de la “trinchera”.

Lo que se debe hacer en estos casos –en los que las circunstancias te han arrancado de la vida social y comunitaria armoniosa (la polis) y nos ha arrojado a una indeseada trinchera, lo primero es analizar los compañeros de viaje que nos han tocado. Con otros términos; descubrir si estamos en el mismo lodazal por los motivos o principios semejantes; o –por el contrario- si es el azar el que nos ha reunido en una mala pasada y resulta que es tan enemigo el que tienes frente a tu trinchera como el que tienes dentro. Una vez recompuestas las filas y haber discernido con quien te juegas el pellejo, hay que reconocer -incluso aceptar- las flaquezas de unos y aunar las fortalezas de otros, apoyar los liderazgos naturales, remoralizar las fuerzas y olvidar la supervivencia para pensar en la trascendencia de la lucha. Vietnam fue un desastre para los norteamericano, porque por mucho que fueran el ejército más poderoso del mundo, se rompió el principio de autoridad y la moral de combate desapareció. Nadie ofrece su vida por una urna, sino por un ideal.

Vietnam fue un desastre para los norteamericano, porque por mucho que fueran el ejército más poderoso del mundo, se rompió el principio de autoridad y la moral de combate desapareció. Nadie ofrece su vida por una urna, sino por un ideal

135149-004-B4B7F56C.jpgEn este breve manual de la trinchera existencial, es fundamental formularse una pregunta: mi trinchera es la primera de una línea defensiva, ¿o es la última? La cuestión no es baladí y traducimos para los que no estén puestos en símiles bélicos: los que nos tomamos la presente situación patria como una lucha social, cultural y/o política, ¿estamos defendiendo una comunidad real que debe ser salvada, o bien simplemente somos un triste reflejo de los últimos de Filipinas sacrificándonos por una quimera?; eso sí, una heroicidad que pasó a la historia pero que no evitó la derrota. Uno tiene la tentación de pensar que tras nuestra trinchera política y comunitaria ya poco queda que defender.

El enemigo nos ha desbordado e incluso a los llamados amigos los ha infectado con parte de sus imaginarios, estereotipos y errores de todo calibre. Sí, eso tienen las trincheras: generan terribles sentimientos de abandono y soledad. Pero también en medio de esos cenagales de la miseria humana, puedes descubrir entre las llagas laceradas, los reflejos de una oculta y esperanzadora humanidad que se conserva en muchos humildes y desesperados. Por eso, la trinchera es donde bajo un sentimiento agridulce se experimenta la soledad y, a la vez, algo tan sublime como la camadería, última experiencia de la comunidad política.

En este breve manual de la trinchera existencial, es fundamental formularse una pregunta: mi trinchera es la primera de una línea defensiva, ¿o es la última?

castillo.jpgLa trinchera no es un lugar para quedarse perpetuamente, ni debe ser un foso que preceda a la fosa de la muerte espiritual de los que luchan por su Patria. La trinchera por definición es un estado mental circunstancial, de prueba y templanza para el espíritu, para reconocer a los leales y desvelar a los traidores y cobardes. La trinchera es ese purgatorio por el que todos pasamos en los combates de la vida pública; en el que resucitamos o morimos espiritualmente de forma definitiva.

Por eso el combate de los de la última trinchera es el más cruento, el más heroico, el más compulsivo, el de mayor arrojo –por no decir locura- ante fuerzas tremendamente desproporcionadas. Pero este embate, precedido de una purificación espiritual y doctrinal, es el único que puede abatir el enemigo. Y una vez cumplida la misión, las últimas fuerzas supervivientes no tienen derecho a descansar. Ya no hay que cavar trincheras, hay que reconstruir fortalezas que es el locus donde se fundan las civilizaciones. De nuestros pequeños grupos o trincheras, ha de resurgir la Polis. Sólo así se salva una Patria. Lo demás se lo dejamos a los políticos.

Javier Barraycoa

19 comentarios en “Trinchera

  1. Creo que usted don J.B. es el sabio mas humilde, de los cuatro o cinco a los que leo y comento.Ninguno me contesta, por supuesto pero recibo avisos de nuevos correos o videos de You Tube.Ayer un sabio mucho mas soberbio que usted me envio el video de cuando tuvo que no volver a España desde Miami porque le habian amenazado con bombadear su vivienda en Madrid.El anterior correo creo que era suyo y estaba redactado en catalan.Este tema de las trincheras me gusta como el 99% de lo usted escribe.El es luterano y usted catalico.Me pregunto como se las arregla usted que sabe mas que los obispos y Papas, que yo no creo que sepan mas que usted y a los que «debe obedecer».Me cuesta creer que usted que es tan catolico crea que el liberalismo segun el Papa Pio IX,es un pecado gravisimo.Yo soy un ejemplo de lo contrario, la libertdad de mi conciencia me ha mejorado.Los liberales Federico J.L., Cesar Vidal, don Pio Moa no son seres depravados y creo que el que se ha disparatado es el señor Jose Fermin Garralda Arizcun, se ha enredado su mente con haber entendido mal lo de pecado gravisimo y ha perdido algo el tino.Busque el significado de liberalismo y no se si no lo entendi bien, pero este señor llega a escribir que el liberalismo lleva al comunismo y esto es un disparate.Creo que entre sus muchos estudios tiene la especialidad de psicologia social porque enseña sobre como resistir hasta poder insistir en lo mejor de nuestra Patria, cuando todo parece perdido.Gracias por permitirme aprender de usted.Me gusta que Jesus Lainz sea como el Tabarnia de los catalanes no independentistas.

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    • El liberalismo efectivamente es pecado, pero hablando de soberbios aplíquese el cuento, por eso no lo entiende, básicamente porque no quiere entenderlo. En resumidas cuentas el liberalismo está ampliamente condenado por la Iglesia y precisamente que el liberalismo, en su vertiente teológica: modernismo, infectó la Iglesia (Concilio Vaticano II) es que cayeron todas las barreras de contención. Por eso no hay solución, porque los que se dicen españoles son liberales y mientras siga así la cosa no hay nada, absolutamente nada humano que hacer.

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    • Lávate las manos, antes de escribir sobre Fermín Garralda, naturalmente que las injusticias sociales del liberalismo condujeron a los desfavorecidos al comunismo económico, de la misma manera que la perdida de valores propiciada por el liberalismo, ha abierto las puertas al marxismo cultural. Escribes siempre sin razonar.

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  2. He disfrutado mucho con esta lectura tan poética , un alivio ante la situación actual , con tantos caballos de Troya en el patio . Probablemente esté obsesionado como me dicen , cuando ganó ZP rompí el cristal de la mesa de un puñetazo y se rieron de mí en casa , pero por desgracia no me equivoqué y ahora otro ZP mucho peor traido por las fuerzas del mal que enfrentaron a muerte a nuestros padres , tíos y abuelos . El Islam entrando por el Mediterráneo traido por ONG , que las playas van a parecer el desembarco de Normandía ,..enfin esperemos estar a la altura moral de los habitantes de las trincheras , pocos en número pero también el caviar y el jamón de pata negra es escaso .

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  3. Al escribír sobre trincheras, hay que recordar el mausoleo cripta en Montserrat, donde reposan los restos de los Caídos del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, que PSC-UNITS ha pedido al «Govern que derribe.
    Montserrat no se toca!
    El Valle no se toca!

    Para reconstruir fortalezas, hay que empezar por votar candidaturas Patriotas, que luchen por recuperar nuestra soberanía en Europa. Ahora tenemos una coalición Patriota para las elecciones al Parlamento Europeo:

    http://europeas2019.es/

    http://europeas2019.es/que-defendemos.html

    http://europeas2019.es/quienes-somos.html

    Cómo está abierta a más partidos Patriotas, que deseen unirse, somos muchos los que esperamos que se integre CTC.

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  4. Pingback: “Trinchera” por Javier Barraycoa

  5. Contesto a su pregunta: es la última trinchera de estos tiempos. Pero tras Roma vino la Cristiandad.

    No tiene sentido perder a las últimas buenas gentes para intentar resucitar una sociedad muerta. Lo que queda son peleas entre necrófagos por la cartola y desesperados buscando sangre de sanbenitos. Ahora toca sobrevivir. Dejar que se coman entre ellos. Pasar desapercibidos y fortalecerse entre las sombras.

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  6. D.Javier: «et iterum venturus est cum gloria». Me ha parecido que nunca contempla este artículo de fe en sus escritos, al menos en este no lo hace. Grave error, si me permite la confianza. ¿Por qué no podemos estar en estas? ¿No habrá infección de voluntarismo o pensamiento ilusorio en la trinchera? ¿Qué tal si ya no hay fortalezas que construir? La historia tiene un principio y tiene un final, es un grave error, no solo doctrinal sino espiritual, vivir la vida cristiana como si las manecillas del reloj siguieran girando eternamente. Y señales bastante claras hay de que ya podemos estar en esto, o en cualquier caso algún día será, así que repito: ¿por qué no ahora? ¿No será mas miedo o flaqueza espiritual que una esperanza mas humana y falsa que verdareramente espiritual? ¿Que fue del «respicite et levate capita vestra»? ¿Por qué no pedir con todas nuestras fuerzas «adveniat regnum tuum»? ¿Lo creemos/queremos cuando rezamos, o simplemente repetimos de memoria un texto y nada mas que eso?

    En el estado actual de cosas mas bien parece que estamos en los últimos momentos de los últimos de Filipinas. Descontando los que entienden por patriotismo pulserita rojigualda y partido de «la roja» (que espanto), amén de gaviotas, naranjitos y «vox is coming», los que quedan son: liberales patriotas (tanto a la derecha como a la izquierda), patriotas estrictamente políticos (de corte mas neo-nazi que otra cosa, con su volkgeist), y católicos patriotas. Entre todos juntamos una ridícula minoría y de entre todos solo los católicos tradicionales sabemos de qué va la cosa porque los católicos conciliares no saben de qué va la cosa, como no lo saben los liberales (que podríamos ver representados en Dolça Catalunya y sus comentaristas) porque no tienen fe y por tanto ni siquiera saben en qué consiste ser español, y lo mismo con los patriotas políticos que llegan prácticamente hasta donde se puede llegar en el orden natural, pero como no se mueven en el sobrenatural igualmente no entienden nada e igualmente como dice usted son igual de liberales que los demás, porque la causa de todo es precisamente el liberalismo que ha abierto las puertas a todas las demás pestes.

    Por eso no hay nada que hacer desde el punto de vista social y político, ya no hay un faro que alumbre, desde el Concilio Vaticano II el faro se vendió al enemigo y apagó la luz, y los barcos embarrancan, y nos quedamos sin maquinaria de guerra y sin munición. No hay un referente, las almas están asilvestradas. Sí, tenemos la Tradición, pero en términos prácticos rinde para mantener la vida espiritual aunque en teoría daría para mas, pero a esto solo llegan unos pocos porque solo unos pocos quieren llegar. Por eso nuestro ámbito de acción, el de los que hemos querido hacer algo y no nos han dejado los mismos compañeros de trinchera, se situa en el ámbito cercano: mantener la fe propia y luchar por nuestros mas próximos, sabiendo que muchos, la mayoría, caerán. Solo nos queda tratar de hacer el poco bien que podamos hacer en nuestro pequeño ámbito familiar y de amistades y conocidos.

    No podemos hacer mas porque los compañeros de trinchera, liberales de todo signo pero liberales a fin de cuentas, no nos dejan. En teoría se podría hacer: recatolizar España que es devolverle su identidad (tan de moda que están ahora los identitarismos) y hacerlo en base a la Tradición y desde la política pasando por encima del clero conciliar eminentemente traidor. Esto empieza primero en cada uno como una lucha espiritual, en la conciencia, en la voluntad y en el intelecto, y luego se abre a los mas próximos, y así expandirse socialmente. Pero nadie quiere hacerlo, es mas fácil ser liberal y mas ahora que no hay quién te diga «eso es pecado, ofende a Dios y pierde tu alma» sino viejos brujos traidores que barruntan «¿Quién soy yo para juzgar?». El que está enfermo de liberalismo no renunciará a su pecado, llámese adulterio, concubinato, impiedad o/y lo que sea, porque ama hacer el pecado y no concibe su vida que es su muerte sin su vicio, ahora que se ha decretado que o bien Dios ha muerto o bien se le ha desenmascarado, ya que no es católico y todo le da igual pues todo el mundo está salvado o sencillamente no hay nada después

    Que todo está perdido se comprende fácilmente cuando a uno lo echan de los foros de supuestos patriotas de pacotilla por el escándalo de decir que la identidad de España es su catolicidad y que lo que tiene que hacer España es recatolizarse, en suma el escándalo de la Cruz, a la que estos falsos patriotas de pacotilla, liberales (y esto incluye a los socialistas de todo pelaje), les repugna mas que el agua bendita a la niña del exorcista. La última oportunidad de España es recatolizarse mas que nada para que el día del Retorno del Rey nos pille resistiendo ya que triunfando no va a ser posible pues el triunfo, es de fe, es de Cristo y nada mas que de Cristo. Pero los españoles no están por la labor, así que a llorar y a ahogarse cuando venga el diluvio, que vendrá, pues lo que estamos viendo ahora no pasa de ligera llovizna en comparación con lo que se está fraguando.

    En el día de nuestro santo patrono. Santiago apóstol, Hijo del Trueno, ruega por nosotros.

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  7. He llegado al artículo -magnífico, como siempre-, a través de la web de Somatemps

    Y coincido al 100% en el análisis de la situación, sobre todo porque ofrece soluciones, que es lo que hay que exigirle siempre a un analista político, un intelectual, etc

    Tengo curiosidad por saber cómo sería la segunda parte de «Doble abdicación», invito al autor a que estudie esa posibilidad, el libro salió en 2014 y han pasado ya 4 años

    Cordial saludo a JB

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  8. He oído de nuevo el vídeo de la estupenda maestra sobre José Ortega y Gasset y él fue el que impidió que se escribieran matices independentistas en la redacción del Estatuto Catalán de 1914.Cierto, como bien dice ella,perdón por no acordarme de su nombre, es Ortega un gran intelectual que le podemos interpretar mal, recuerdo que cuando oí por primera vez a hazaña en el diálogo con Ortega, yo creí que el bueno de la película era Azaña y luego que he conocido su vida se equivocó al espolear a las turbas porque decía que no aceptarían los socialistas un gobierno de la derecha, pero luego cuando vio cómo esas jaurías,que él había incitado y cuando comenzó a decir “no es eso”, quemaban conventos, robaban,mataban y quiso que pararan ya era tarde y sólo se le oye al final del discurso que dio desde el extranjero al final terminas con las tres p “Perdón, Piedad, Paz”.

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