Huelga general en Cataluña: dirigida por un asesino y consentida por los Mossos

 

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Ayer, 8 de noviembre, Cataluña ha tenido un segundo conato de huelga general. Sea dicho de paso, esto de las huelgas generales ya no se estila en los países civilizados y menos convocadas como un mecanismo político para fomentar una lucha de clases y llevar a una paralización económica que favorezca una revolución proletaria. Sólo el lenguaje que uno tiene que usar para describir esta noticia es de un anacronismo que espanta. Pero peor es descubrir quien promueve y qué esconde esta huelga general.

carlessastre-tv3Tras unas triquiñuelas legales y recurriendo a conceptos “alegales” como “parada general”, un pequeño sindicado consiguió retrasar ayer la ilegalización por los tribunales de sus actividades subversivas. Se trata de la Confederación Sindical Catalana (CSC) dirigida por todo un personaje más que nefasto. Hablamos de Carlos Sastre Benlliure un asesino y terrorista confeso. En su juventud, en 1977, pertenecía a un pequeño grupo revolucionario autodenominado EPOCA (Ejército Popular Catalán) que pretendía emular a ETA. En julio de 1977, junto a dos integrantes de la banda, penetraron en la casa de José Mª Bultó un conocidísimo empresario catalán (el fabricante de las motos Bultaco) y le adosaron una bomba al pecho. Tras exigir 500 millones de pesetas de rescate y no conseguirlo, lo abandonaron. La bomba le estalló al empresario, destrozándole y segando su vida.  Sastre fue detenido al poco, pero también en escasos meses la ley de Amnistía, de noviembre de 1977, incomprensiblemente le devolvió a la calle.

Sus andanzas no acabaron allí. Participó en una operación similar con el que fuera el último alcalde franquista de Barcelona Joaquim Viola y su esposa Montserrat Tarragona. Los dos murieron de la misma terrible forma, en 1978. Aunque el hijo de los Viola reconoció a Carlos Sastre, nunca se llegó a juzgar por estos dos últimos crímenes. Tras unos años en la clandestinidad huyó a Francia. Se disolvería su grupo terrorista pero para fundar otro: la conocida “Terra lliure”, de la que Sastre fue uno de sus promotores. En 1985 fue detenido pero sólo pasó 11 años en la cárcel (le cayeron menos de cuatro años por asesinato) y nunca se arrepintió de sus crímenes. Se integró posteriormente en las plataformas que la Generalitat subvencionaba para promover el imaginario separatista e incluso llegó a presentarse por las CUP en las elecciones autonómicas de 2012. Todo un personaje.

m1Lo más increíble de todo es que cuando se inició el famosos “procés” independentista, una de las primeras maniobras del nacionalismo fue limpiar su propio pasado oscuro y sanguinolento, y convertir a los canallas en héroes. En programas especiales de TV3, Carlos Sastre era presentado como “preso político” y “gran reserva del independentismo”. En la medida que el “procés” se fue radicalizando, su presencia en la televisión pública catalana ha sido cada vez más frecuente llegando a ser un habitual. Una vez más se ha demostrado la capacidad de ingeniería social del gobierno autonómico de la Generalitat. Sastre es, hoy en día, una parte más del engranaje de la maquinaria independentista. Y quizá una pieza más importante de lo que él mismo pueda pensar.

Durante años, demasiados años, el sindicalismo en Cataluña ha sufrido un tremendo Síndrome de Estocolmo respecto al nacionalismo. La clase dirigente sindicalista, enquistada en sus sillas, convertida en una de las castas que tanto critica, se ha mimetizado con el ambiente secesionista. Grandes sindicatos como CCOO y UGT no han cejado en sus guiños hacia el independentismo. Las subvenciones pesan mucho y la clase obrera ya no es lo que era. En una Cataluña desindustrializada y donde la vieja inmigración que venía del resto de España ya está envejecida y no tiene reemplazo, estos sindicatos están abocados a la inanición. Sólo las prebendas de los gobiernos autonómicos han permitido el simulacro de un sindicalismo que ya nada tiene que ver con el de los orígenes de la transición, y ya no están para muchas huelgas generales. Poco a poco la Confederación General de trabajadores-CGT (los herederos de la vieja CNT) han ido comiéndose su espacio sindical. Este sindicato antisistema no ha dejado de codearse con el ya mencionado CSC, liderado por nuestro asesino particular. La de ayer, 8 de noviembre, ha sido la segunda huelga general convocada por los antisistema.

m3El éxito ha sido relativamente escaso pero inesperadamente brillante para el propio sindicato convocante. Las causas son las siguientes: a) el nacionalismo –y actualmente su fase radical separatista- lleva muchísimo años dominando la estructura educativa pública en Cataluña. A ello se suma que las escuelas concertadas, muchas de ellas de titularidad de órdenes religiosas catalanistas, cooperen en las estrategias de nacionalismo. La paralización de una parte importante del sector educativo conlleva una alteración total de los padres trabajadores. En algunos centros, si los padres exigían que se les retribuyera el día que no habían dado clases a sus hijos, los responsables les proponían ofrecer ese dinero como donativo para la Asamblea Nacional de Cataluña. Increíble sí, pero ya todo es posible en Cataluña; b) una segunda causa del relativo éxito es que las universidades públicas, liberando a los universitarios de sus obligaciones, les han permitido cortar carreteras o vías de acceso estratégicas como los ferrocarriles. En realidad, cortando cien puntos de circulación en toda Cataluña se puede crean un lío monumental e impedir que por la mañana lleguen al trabajo cientos de miles de personas y eso es lo que ha pasado. No eran viejos trabajadores de SEAT los que cortaban las carreteras sino jóvenes universitarios.

Si seguimos enumerando causas encontraremos que: c) También ciertos sectores laborales estratégicos como autobuses o autocares, se han cruzado en avenidas impidiendo la circulación; d) la Corporación audiovisual de Cataluña que incluyen las poderosísimas TV3 y Catalunya Ràdio, han sido los voceros y promotores de una huelga que nada tenía que ver con lo laboral. Paradójicamente desde la teórica intervención de la autonomía catalana con la (no) aplicación del artículo 155. Las radio y televisión pública están más radicalizadas que nunca. ¿Represión del Estado? Con el 155, el independentismo anda a sus anchas más que nunca. Por último, d) un hecho lapidario y definitivo es la prácticamente total inanición de la policía autonómica. Los Mossos son un cuerpo policial que actualmente dependen del Ministerio de Interior. Esta es la única aplicación real del 155 y ¿para qué? Pues para lo que ayer vimos y ha quedado recogido en innumerables imágenes: carreteras cortadas por cuatro jóvenes y los Mossos mirándoselos como si no fuera con ellos; invasión de la estación del AVE en Gerona con la pasividad del cuerpo policial autonómico, dejando hacer a las turbas … Qué fácil es hacer una “huelga general” si la policía es inexistente o invisible. Los piquetes han campado a su antojo y, con todo, la huelga ha sido lo que ha sido una limitada demostración de fuerza del independentismo. Pensemos que se tenía planeada una huelga de una semana pero evaluando sus propias fuerzas sólo se convocó finalmente para un día.

m4.jpgEsta dimensión sindical del separatismo, hasta ahora apenas activa, es una señal que no debe dejar de ser atendida. El nacionalismo, como toda persona mínima mente formada, es una ideología conservadora que pretende una integración nacional de las clases sociales en un proyecto común. Emergió en el siglo XIX como una ideología propia de la burguesía y como forma de combatir la ideología de la lucha de clases. Desde nuestro observatorio catalán siempre nos ha extrañado cómo partidos representantes de la burguesía catalana (PDeCAT) se podían aliar estratégicamente con agrupaciones anticapitalistas como la CUP. Desde la teoría política y el sentido común estábamos ante el absurdo de los absurdos. A menos claro, que la burguesía catalana estuviera siendo arrastrada por una estrategia superior a sus propias cortas miras. Y eso es lo que tememos que está sucediendo.

Si uno relee los viejos documentos de “Terra Lliure” el Moviment de Defensa de la Terra (MDT) y todos los grupúsculos llamados insurreccionistas del catalanismo, encontrará un denominador común: el PSAN (Partit d´Alliberament Nacional – Partido de Liberación Nacional). Este pequeño partido tuvo un papel fundamental en la transición al dotar al marxismo en boga de unas categorías mentales y argumento ideológicos que le permitían compatibilizar el nacionalismo (algo esencialmente burgués) con el marxismo (algo esencialmente proletario). Esos textos escritos hace más de cuarenta años son de una increíble actualidad, pues ya señalan la hoja de ruta para hacer la revolución y el papel que ha de jugar la independencia de Cataluña en él.

m6En resumidas cuentas, explicarlo es muy sencillo. La teoría elaborada hace medio siglo y que hoy parece estar encarnándose proponía que los marxistas debían apoyar a los movimientos nacionalistas e independentistas, pues era la forma de alcanzar una revolución “socialista” (léase comunismo soviético). El PSAN o su posterior continuidad en forma de grupo terrorista (“Terra Lliure”), proponían que la mejor forma de alcanzar una revolución en Cataluña era separándola de España. La independencia era el medio y la revolución el fin. Y la reaparición de personajes como Sastre y este tipo de estrategias de agitación, nos indican que esas ideas siguen vivas.

La burguesía catalana, por cierto decadente y que ya no es ni sombra de lo que fue, se ha dejado arrastrara a una trampa que será su propia perdición y ruina. Es ahora cuando cobran sentido frases como las lanzadas a los cuatro vientos por Oriol Junqueras, en 2013, amenazando de paralizar Cataluña para poner en riesgo la economía española. O más recientemente, el incalificable Lluís Llach –uno de los diputados autonómicos más ricos-, se atrevía a decir que había que arruinar Cataluña para conseguir la independencia, pues cuando subiera la prima de riesgo el estado español se vería obligado a negociar. A estos independentistas poco les importa que se hunda la economía catalana, siempre y cuando arrastre con ella y debilite a España. En su convencimiento más íntimo está marcada a fuego aquella frase revolucionaria: “Cuanto peor, mejor”. Y francamente, lo están consiguiendo. Cataluña es una comunidad fracturada socialmente, en quiebra técnica por los despilfarros de los gobiernos autonómicos, en una fase de ideologización revolucionaria y de descontrol sentimental, y una policía autonómica absolutamente desmotivada y deslegitimada. En definitiva, una bomba de relojería que ningún 155 cortoplacista puede desactivar. Recordemos que desde la aprobación de la aplicación de este artículo hasta que empiece la campaña electoral del 21 de diciembre, cuando se dejará de aplicar el artículo, sólo habrá pasado unos 40 días. ¿En 40 días se quieren arreglar los estropicios de los últimos 40 años?

Hasta que no se haga un análisis correcto, no se podrá encontrar una solución. Ya es hora de que alguien se dé cuenta de que nos estamos ante un proceso independentista, sino ante un proceso revolucionario y de ingeniería social.

Javier Barraycoa

3 comentarios en “Huelga general en Cataluña: dirigida por un asesino y consentida por los Mossos

  1. Que no ha sido una huelga porque el sindicato amarillo convocante no ha paralizado la producción. Lo único que han conseguido es cortar las vías de comunicación, con la cobertura legal de huelga y la desafortunada actividad de los «mossos».
    Con esto no arruinaran la economía española sino la catalana, paso en Quebec undieron la zona francófona económicamente, aún sigue undida, pero no a Canadá.

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