Uno de los mitos de los (des)controlados de Companys, y que pretende exonerarlo de responsabilidades, es que los anarquistas asaltaron el Cuartel de San Andrés (en Barcelona) y se hicieron con 30.000 fusiles. Muchos testimonios de la época, en realidad, confirman que esas armas fueron repartidas con bastante orden y que la Generalitat no se opuso a ello.
«Otro testimonio indiscutible fue el del prestigioso cirujano Moisés Broggi. Fue un claro defensor de la legalidad republicana, catalanista de familia y convicción. Llegó a ser jefe de cirugía del equipo médico de las Brigadas internacionales e inventor de los quirófanos móviles para el frente. Todo un personaje. Tras la Guerra pudo ejercer de cirujano en la Cataluña franquista y llegó a ser un hombre de alto reconocimiento social incluso un pacifista antinuclear reconocido mundialmente. En sus Memòries d´un cirurgià, relata lúcidamente lo que vio en el cuartel de San Andrés.
Ya habían pasado dos días de la sublevación, pero: “al llegar al cuartel me encontré con la sorpresa que en la puerta había una cola de gente que recibía armas a cambio de mostrar el carnet sindical […] Era evidente que la entrega de armas a esa gente representaba una renuncia al mantenimiento del orden público y hacía prever el caos que resultaría. Ante aquella escena, pregunté a un oficial qué representaba eso. Me respondió que había recibido órdenes de hacerlo” (p. 147). Broggi era hombre inteligente, honrado, catalanista prudente y su juicio y testimonio merecen toda consideración. Además nos da un dato importantísimo. Dos días después del asalto, aún se estaban repartiendo armas. Por tanto no hubo asalto descontrolado el 19, sino que las armas se iban repartiendo poco a poco». [Los (des)controlados de Companys]
…»se iban repartiendo poco a poco»….a los que tenían el carnet sindical (evidentemente, el carnet sindical anarquista)
Es decir, a los comprometidos de cuota y obediencia.
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