Matar al padre o los orígenes de SCC: ¿por qué no quieren reconocer que fui co-fundador?

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Matar al padre o los orígenes de SCC: ¿por qué no quieren reconocer que fui co-fundador?

Empiezo este escrito a modo de reflexión necesaria para todos los que amamos Cataluña y sólo podemos entenderla como una parte de España. Pero también reconozco que entender este texto –que me temo será algo largo- será complicado de dilucidar para los que no están en los entresijos de las asociaciones que luchan en Cataluña por frenar el independentismo. Pero bueno, me lanzo y que lo hago parafraseando el famoso “a quien le pueda interesar …”.

Hoy viernes 4 de noviembre de 2016, aparece un twitt de la cuenta oficial de Sociedad Civil Catalana, con un escueto y sorprendente texto: “SCC nega que Javier Barraycoa sigui soci fundador de l’entitat”. De hecho es un link a una nota del digital ElMon, con el mismo titular:

http://elmon.cat/noticia/175464/scc-nega-que-javier-barraycoa-sigui-soci-fundador-de-lentitat#.WBzEzuyWxdY.twitter

Me entero que SCC ha enviado un burofax al dirario mencionado para que retire la referencia a mi persona como socio fundador de SCC. Como yo, Javier Barraycoa, sigo afirmando que no sólo fui socio fundador de SCC, sino además miembro de la Junta fundacional, y si SCC lo niega, tenemos un problema.

Como yo, Javier Barraycoa, sigo afirmando que no sólo fui socio fundador de SCC, sino además miembro de la Junta fundacional, y SCC lo niega, tenemos un problema.

Alguien miente, o alguien está muy mal informado. Prefiero creer que a alguien le falta información básica sobre los orígenes de SCC antes que pensar que alguien pueda mentir. Por ello, es mi obligación moral proporcionar la información necesaria para que la verdad quede clara de una vez por todas.

Tampoco me parece de recibo poner en duda a un digital que me entrevistó y al que yo le confirmé ser socio fundador de SCC. En todo caso, el burofax tendría que haberlo recibido yo.

Pero antes, tengo que preguntarme por qué alguien se empeña en negar lo que es más que evidente. Todos los que participamos en la fundación de SCC, los que estuvimos ahí desde el primer día lo sabemos.

Como estoy convencido que no miento, tendré que ejercer el derecho a defenderme o el deber de enseñar al que no sabe (uno de las olvidadas obras de misericordia). Para ello, como mínimo, quiero hacer unas primeras anotaciones, de lo que puede ser una larga serie de capítulos sobre la historia de la fundación de SCC. (Aunque prometo que tengo cosas mucho más importantes que hacer que tener que dar explicaciones a gente que debería conocer la historia de su propia asociación).

Pero antes, tengo que preguntarme por qué alguien se empeña en negar lo que es más que evidente. Todos los que participamos en la fundación de SCC, los que estuvimos ahí desde el primer día lo sabemos. Como sociólogo, tengo bastante estudiados los mecanismos de autoprotección de las organizaciones y podría elaborar una teoría. Pero creo que esto es más profundo y tiene que ver más con la psicología que con la política.

Matar al padre

No se preocupen, no exhortaré sobre psicología profunda, pues quien debe leer estas líneas, sólo debe quedarse con la idea primordial. Ciertas personas (y aquí incluyo organizaciones), tienen la extraña necesidad de renegar de sus progenitores, o bien de sus fundadores. ¡Cuántos partidos esconden por vergüenza a sus fundadores, o edulcoran sus biografías, o simplemente los hacen desaparecer. ¡Qué se lo digan a Trotsky!.

Según Freud, y perdón por la simplificación, el deseo de “matar al padre” proviene del deseo de conseguir un bien placentero (la madre), por parte del hijo y para ello necesita deshacerse de quien lo impide: su progenitor. Este paradigma se podría suavizar diciendo que el padre, para Freud, es el principio de realidad que saca al niño de la infancia. Por eso, interpreta el psicoanalista, que el niño acaba odiando al padre por que es el que le determina y limita sus deseos. La emancipación y la autorrealización exige matar al padre. Es el famoso complejo de Edipo y me temo que algo parecido ha sucedido en SCC.

Lacan, que estaba peor de la cabeza que Freud y eso que consideraba que Freud estaba neurótico, reinterpretó el mito de “matar al padre” y el complejo de Edipo. Recomiendo al que ha escrito el Tuitt, al que nos hemos referido arriba, que lea a Lacan, por ejemplo, su Seminario «Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanalisis«, o si tiene tiempo: «El enves del psicoanalisis«. Son textos complejos pero que podrían explicar muy bien por qué en SCC se empeñan en hacerme desaparecer de la historia de la organización y negar lo evidente: ¡yo estuve ahí! (que diría un guión de película). Me siento como esos personajes que los grandes dictadores de la historia hacían desaparecer de las fotografías en que habían posado juntos.

A lo que vamos, Lacan reinterpreta a Freud y dice que como matar al padre es algo muy fuerte, al final se sustituye por el deseo de castrarlo. Esto, esterilizarlo para que no alcance lo que el niño desea (la madre). Sea como sea, el progenitor debe quedar anulado y así el niño malcriado y caprichoso, podrá gozar de todo aquello que era del padre: su mujer –la que le dará el placer de mantenerlo en el infantilismo-, sus bienes y su poder.

Perdonen que les haya bombardeado con los recuerdos de mis lecturas tempranas de Freud y Lacan, pero es que la analogía con lo que me ha pasado con este inesperado twitt, ha brotado solita.

Una historia aún no escrita que unos no saben y otros callan.           

 Los que afirman que no fui fundador de SCC deben leer atentamente estas líneas.

Y si insisten en su absurda afirmación tendrán que leer con lupa la historia de la fundación de SCC, todavía no escrita, a lo cuál me ofrezco. Como vocal de la Junta de Somatemps tengo el honor de que esta asociación ha ido relatando la historia desde su fundación. Se empezó con el primer año, y tenemos pendiente la publicación del segundo año en breve.

Yo pediría que si alguien ha escrito la historia de la fundación de SCC que me la pase, para cotejarla con los datos que constan en mis archivos personales. Quizá esta sería la mejor solución para aclarar este, a buen seguro, error por desconocimiento.

Esbozos para una historia de SCC y SOMATEMPS.

Como Somatemps viene a ser el padre de SCC, y yo estuve en la fundación de ambas asociaciones, me siento como el chivo expiatorio (léase a René Girad) o el padre a asesinar (léase a Freud) o el Padre a castrar (léase a Lacan). El empeño de algunos de SCC de no reconocer sus propios orígenes, me deja como mentiroso y eso, simplemente no es justo. O peor, para que la historia cuadre, deben desaparecer algunas figuras. Pero ahí van los hechos tal y como fueron.

El empeño de algunos de SCC de no reconocer sus propios orígenes, me deja como mentiroso y eso, simplemente no es justo. O peor, para que la historia cuadre, deben desaparecer algunas figuras. Pero ahí van los hechos tal y como fueron.

Conocí hace muchos años a José Ramón Bosch (el que fuera presidente de SCC), más bien colateralmente, pues me unía amistad especial con un familiar suyo. Yo era un joven carlista que recorría muchas veces Cataluña manteniendo la llama del tradicionalismo por nuestra tierra. ¡Gran pecado, para algunos ser carlista, aunque durante el siglo XIX la mitad de catalanes fueron carlistas! Con José Ramón Bosch fuimos coincidiendo alguna vez a lo largo de nuestras existencias, pero más per accidens, que por otros motivos. El militaba el PP, como siempre ha reconocido, y la verdad es que yo nunca me moví, ni me pienso mover, del carlismo (al que por cierto pertenecieron muchos familiares de los que ahora critican mi posición política).

Llevaba mucho tiempo sin saber de José Ramón Bosch, la vida pasa rápido. Yo había empezado a escribir libros de desmitificación sobre el nacionalismo (lo cuál me costó una sutil y elegante “purga” en la democrática Universidad de Barcelona; otra historia digna de ser contada). Ello prácticamente coincidió en el tiempo, con el primer 11 de septiembre claramente movilizador de un independentismo de masas (el del 2012).

Ya corría el 2013 y un día me llamó José Ramón Bosch para hablar de la preocupación que estaba despertando el giro radical de la antigua CiU. En conciencia creía que teníamos que actuar desde un plano cultural e histórico (él es licenciado en Historia). Nos reunimos en un lugar que no detallaré, pues de momento este escrito es un esbozo. Pero guardo la fotografía del despacho donde nos reunimos cuatro personas y decidimos fundar Somatemps. Nuestra preocupación inicial era abrir un frente de discusión sobre la manipulación histórica del nacionalismo catalán. Por eso, el primer núcleo de personas que participaron en el proyecto tenían relación con el mundo académico y muchos residían en la Cataluña interior. El eje central de la asociación era recuperar el sentido de la “Catalanidad hispánica” (que hemos ido desarrollando en los documentos doctrinales de Somatemps y están colgados en el blog oficial).

Por un periodista –socialista- del que me callo de momento el nombre, accedimos a una corriente que había aparecido en el entorno del PSC: los Federalistes d´Esquerra.

Desde esa reunión tuvimos meses enteros frenéticos de reunión en reunión. Unos contactos nos llevaban a otros. Fuimos presentando un proyecto ilusionante más allá de personas pertenecientes al mundo académico. Podría relatar las entrevistas que tuvimos con periodistas, alguno de ellos ahora metido en política y ocupando cargos importantes.

Nos reunimos con empresarios. Me acuerdo perfectamente el primer encuentro con Mariano Ganduxer y su socio (los nombres saldrá si algún día me lanzo a escribir la pequeña gran historia de los orígenes de SCC), en el despacho que tienen próximo al Hotel Atenea. Hicimos cenas ante Foros en los que participaban muchas gentes. Ahora alguno es concejal del Ayuntamiento de Barcelona.

De esa cena guardo una foto en la que está presente un entonces desconocido Rafael Arenas (que luego fuera presidente de SCC). Digo esto porque, seguramente sin acordarse de esa cena, Arenas tuvo la osadía de escribir diciendo que yo nunca había estado en SCC.

Pronto nos dimos cuenta que ante la desmoralización general de los agentes no nacionalistas en Cataluña, nuestro proyecto despertaba mucha simpatía y realmente ilusionaba. También hubo gentes que no quisieron saber nada. O también nos llegó a recibir la subdelegada de Gobierno Llanos de Luna, como recogió la prensa en su momento.

Seguían las reuniones, cenas, comidas de trabajo … creo que tengo apuntado el día y lugar, en la que hicimos unas fotos discretas. Todavía Somatemps era un proyecto (SCC ni siquiera existía en la mente de nadie) y estábamos en fase de buscar complicidades, recursos y compromisos.

De esa cena guardo una foto como mínimo interesante en la que está presente un entonces desconocido Rafael Arenas (que luego fuera presidente de SCC). Digo esto porque, seguramente sin acordarse de esa cena, Arenas tuvo la osadía de escribir un día un correo a un socio de SCC diciendo que yo nunca había estado en SCC. El pobre, con ese correo, demostraba que no conocía el origen de la asociación que presidía.

Claro, la cosa no sé si es ofensiva o graciosa. En todo caso él si estuvo en reuniones de Somatemps y cuando yo estaba en la junta fundacional de SCC, él estaba desaparecido.

En Somatemps fuimos muy generosos y abrimos el proyecto a cualquier tipo de catalanes fueran del color ideológico que fueran. Por eso es un poco triste –como luego –contaré- que algunos de los que acogimos fueran los que decidieran que había que “matar al padre”

En Somatemps fuimos muy generosos y abrimos el proyecto a cualquier tipo de catalanes fueran del color ideológico que fueran. Por eso es un poco triste –como luego –contaré- que algunos de los que acogimos fueran los que decidieran que había que “matar al padre”; o, retiro el juicio, se olvidaran de que tuvieron padres. Podría estar escribiendo varios días, pero intento ser lo más escueto posible.

Por un periodista –socialista- del que me callo de momento el nombre, accedimos a una corriente que había aparecido en el entorno del PSC: los Federalistes d´Esquerra. La lideraba Manuel Cruz, actualmente Diputado y el segundo de abordo era Joaquim Coll. Me acuerdo perfectamente del encuentro que tuvimos con José Ramón Bosch, Manuel Cruz y Joaquim Coll. Fue en el café que toca la pared del Ateneo de Barcelona. Hay que decir las verdades. Manuel Cruz es empatía pura y además había sido profesor mío en la Facultad de Filosofía de la UB. Rápidamente conectamos. Joaquím Coll estaba más a la defensiva, pero creo que acabó viendo que no éramos José Ramón Bosch y yo no éramos personas raras ni peligrosas ni decíamos extravagancias. Creo sinceramente que bajó las defensas y poco a poco tuvimos una relación afable y complicidades de las cuales tampoco hablaré hoy.

A todo esto íbamos haciendo reuniones en el Hotel Atenea. No se preocupen los separatistas, las pagábamos de los bolsillos particulares de unos pocos miembros de Somatemps (nunca nadie nos regaló nada). Por si alguien tiene dudas guardo fotos de esas reuniones, presididas en mesa por mí y con José Ramón Bosch explicando los proyectos.

El lector que haya llegado hasta aquí ya se puede dar cuenta que estuve presente desde la primera reunión de Somatemps, hasta la primera de SCC y en la preparación del lanzamiento de SCC desde la primera junta fundacional.

Por aquél entonces apareció un luchador de renombre contra el nacionalismo Pepe Domingo. No puedo precisar si las reuniones se hacían aún en nombre de Somatemps o SCC. Pero sí recuerdo perfectamente que me dijo literalmente: “Estaba a punto de dejarlo todo –el estaba intentando en ese momento implantar sus famosas AEBs (asociaciones para la defensa del bilingüismo)- pero al ver esto, me habéis vuelto a animar”. Y se sumó al carro.

El lector que haya llegado hasta aquí ya se puede dar cuenta que estuve presente desde la primera reunión de Somatemps, hasta la primera de SCC y en la preparación del lanzamiento de SCC desde la primera junta fundacional. Es extraño que nadie de la actual junta se acuerde de esto. Pero bueno, yo suelo tener también lagunas memorísticas.

Algunos de los que he nombrado están en la actual Junta de SCC y alguno ocupa vicepresidencia. Por tanto, y me duele insistir, no entiendo el twitt que ha motivado este escrito.

Cómo surgió el nombre de SCC.

Si resulta que no estuve en la fundación de SCC, esta historia que estoy contando debe ser falsa y debo carecer de pruebas que la avalen. Pero claro, entonces ¿Cómo sé con todo lujo de detalles incluso cómo se eligió el nombre de SCC? Se trata de una reunión que tuvimos en el Hotel Atenea. En esa reunión estaba entre otros Mariano Ganduxer y un hijo suyo.

Se iban proponiendo nombres, alguien apuntó “Sociedad Civil” y fue aplaudido. pero entonces –soy incapaz de recordar quién- dijo “y por qué no sociedad civil catalana”. Pero entonces se levantó Mariano Ganduxer y dijo “éste, sin lugar a dudas”.

Ya se había planteado, debido a que cada vez se sumaba al proyecto más gente y asociaciones, que se debía constituir una coordinadora. Todo ello quedó plasmado en un dossier en Power Point del que bebió el libro “Desmuntant a SCC” de Jordi Borràs. La información se la filtró un personaje interesante. Se trata del periodista Marcus Pucnik que fue contratado y luego elegantemente “descontratado” por SCC. Como buen idealista antinacionalista, no tardó en ir a Jordi Borràs y entregarle ese material. El encuentro entre los dos queda plasmado en la entrevista con la que culmina el libro referido de Jordi Borràs. Un libro que se compone básicamente de información de Google, el power-point dichoso y una entrevista a Marcus.

Bien, en esa reunión se planteó que la plataforma o coordinadora que se constituyera sería una asociación de asociaciones, nunca un grupo en sí misma. Esa coordinadora debía potenciar a todos los grupos existentes que cubrían ya muchos frentes: universidades, historiadores, economistas, etc.

Se iban proponiendo nombres, alguien apuntó “Sociedad Civil” y fue aplaudido. pero entonces –soy incapaz de recordar quién- dijo “y por qué no sociedad civil catalana”. Pero entonces se levantó Mariano Ganduxer y dijo “éste, sin lugar a dudas”. Todo el mundo asintió, porque Ganduxer tenía cierta autoridad moral en cuanto que empresario de éxito, y por que el Atenea era de su propiedad. La gente debía pensar que la salas eran gratis y nadie se atrevió a contradecirle. Lo que sí recuerdo bien es que a la hora de pagar la sala a mí me tocaba rascarme el bolsillo (No está mal para no haber pertenecido nunca a SCC).

Otras reuniones se hacían en una agencia de publicidad donde se diseñaban los logos, folletos, el primer vídeo promocional todo para Somatemps. Si algún día alguien lo pone en duda, puedo sacar alguna foto que ahí nos hicimos. Fue la misma agencia que diseñó el logo de SCC.

Otras reuniones se hacían en una agencia de publicidad donde se diseñaban los logos, folletos, el primer vídeo promocional todo para Somatemps. Si algún día alguien lo pone en duda, puedo sacar alguna foto que ahí nos hicimos. Fue la misma agencia que diseñó el logo de SCC. Lo digo por que yo participé en las discusiones del logo. Nos sentábamos alrededor de una mesa, que estaba metida como en una bonita pecera. El logo de SCC , resultante de muchas discusiones, siempre me pareció feo. Pero bueno, había que ir avanzando y el tiempo se echaba encima.

Él éxito de SCC –medido en la gente que se iba sumando- y en recursos que empezaron a llegar, nunca quise saber de dónde, hizo que muchos se fueran olvidando de una hoja de ruta de Somatemps. Somatemps era una asociación pobre y todos teníamos que rascarnos el bolsillo, como ahora. Paralelamente se había creado otra hoja de ruta de SCC, no con la intención de que Somatemps desapareciera, sino de que SCC coordinara sinergias. Por eso, la mayoría de nombres que Jordi Borràs recogió del Power Point que le entregaron, y saca en su libro eran personas que originalmente habían participado en las reuniones de Somatemps. También el periodista separatista debería revisar la fuente pues hay muchos errores. Hay infinidad de fotos de los actos de Somatemps, previos al acto fundacional que lo pueden demostrar.

No sólo eso, sino que en el periodo fundacional de SCC, se preparó un Documento fundacional y resulta que … lo redacté yo. (¡Cosa extraña para no haber pertenecido nunca a SCC!).

Se creó una junta fundacional de SCC. Yo estaba en ella, a la vez que tenía que dividir esfuerzos para mantener la Asociación de Somatemps. Insisto que aún –al menos yo ingenuo- creía que SCC era la asociación de asociaciones, por eso Somatemps debía seguir trabajando como Asociación. Tengo los correos que atestiguan mi pertenencia a esa junta. En ella estaban personas como Clemente Polo, Ferran Brunet, Pepe Domingo, Juan Arza, … era la junta encargada de preparar el acto fundacional, tras el que se nombraría ya la primera junta ordinaria (cualquier observador puede darse cuenta de que el proceso de fundación de ambas asociaciones siguió la misma estructura).

De todo lo que afirmo tengo escritos, documentos, correos y fotos. Si alguien me quiere denunciar por difamación, pues bueno, le aconsejo que se ahorre los dineros. No sólo eso, sino que en el periodo fundacional de SCC, se preparó un Documento fundacional y resulta que … lo redacté yo. (¡Cosa extraña para no haber pertenecido nunca a SCC!). Que nadie se alarme, sigo teniendo los correos en los que se me felicita por el manifiesto, a la vez que se hacer unos retoques. Como no estuve en el interior del acto inaugural de SCC en el Teatro Victoria no sé si se leyó ese manifiesto. Por entonces ya me daba igual. Por cierto, la foto que acompaña este artículo está tomada el 8 de abril de 2014, en la sala de prensa del Congreso de Diputados, donde acudimos los miembros de la junta fundacional, para protestar ante la petición del Parlament de Cataluña de un Referéndum de autodeterminación. Faltaban dos semanas para el acto fundacional de Teatro Victoria. ¿Si yo nunca estuve en la junta fundacional de SCC, qué hacía con toda la junta en el Congreso de Diputados?

Una sorpresa esperada.

 Metidos en el berenjenal de la fundación de SCC y en paralelo el desarrollo de Somatemps, todos teníamos la intuición de que tarde o temprano empezarían a buscarnos las cosquillas los medios separatistas. El nacionalismo no podía permitir que emergiera con fuerza un movimiento no nacionalista en Cataluña.

Y sí, un día, como por arte de birlibirloque apareció mi nombre en un editorial de La Vanguardia. Sin venir a cuenta de nada, se me acusaba de “ultra”. Por las redes se decía que yo era carlista (¡menuda novedad!).

Pero cuando salió ese editorial, el momento era delicado y a algunos les temblaron las piernas. Parece que aún a muchos les siguen temblando las piernas sobre el que dirán. Todavía no se han dado cuenta de la estrategia del nacionalismo radical. Y como busca acomplejar y atemorizar a los que se les enfrentan. Yo tengo la suerte de que no me importa lo que digan de mí y el que quiera debatir sobre lo que pienso siempre estaré dispuesto.

Y sí, un día, como por arte de birlibirloque apareció mi nombre en un editorial de La Vanguardia. Sin venir a cuenta de nada, se me acusaba de “ultra”. Por las redes se decía que yo era carlista (¡menuda novedad!).

Pero entendí en ese momento que había un bien superior que eran los proyectos por los que tanto habíamos luchado, dedicado muchísimo tiempo y puesto dinero de nuestro bolsillos cuatro gatos. Fue una temporada durísima, pero plena de entusiasmo. Algunos que ahora quieren borrar una parte de la historia de SCC, ni siquiera pueden imaginar lo que fue levantar de la nada dos organizaciones potentes. No se lo pueden imaginar porque no estaban.

Como he dicho, para calmar a los nerviosos, y para salvaguardar el proyecto al que personalmente había entregado prácticamente todo, no tuve ningún reparo en presentar mi dimisión a la junta fundacional de SCC.

¡Resulta extraño que exista una carta de mi dimisión en una junta, de la que unos dicen que nunca estado! Tengo correos y documentación de todo ello. Además de cartas de agradecimiento de alguno de los miembros de la Junta.

Cuando SCC hizo su presentación en público en el teatro Victoria el 23 de abril de 2014, yo estaba ahí. De hecho había presentado mi dimisión de la Junta pero no de la militancia de SCC. Todavía todos reconocían que los padres de la criatura éramos José Ramón Bosch y yo. Por eso me habían reservado sitio en primera fila.

Pero yo nunca he tenido afán de protagonismo. Todos los que me conocen bien saben que rehúyo de las multitudes y que me gusta la soledad. Intencionadamente me quedé fuera hasta que el teatro se llenó y se cerró.

Fuera me estuve con Antonio Robles. Él nunca quiso implicarse en estos proyectos. Ya llevaba mucha mili, y creo que supo ver cosas que yo era incapaz de ver. Posiblemente en el plano ideológico somos muy distintos, pero sé reconocer rápidamente a una persona noble. En seguida congeniamos porque en él nunca he visto el más mínimo asomo de protagonismo. Las pocas veces que he coincidido en actos con Antonio Robles, siempre nos hemos buscado y saludado.

Nunca me di de baja de SCC, nunca me comunicaron que ya no era socio de SCC. Simplemente estaban matando a uno de los padres por inanición. Mis energías se volcaron en Somatemps, era vocal de su junta y sigo siéndolo. El 26 de abril de 2014 se realizaba el acto fundacional de Somatemps en el Monasterio de Poblet.

Nunca me di de baja de SCC, nunca me comunicaron que ya no era socio de SCC. Simplemente estaban matando a uno de los padres por inanición.

Mis relaciones con los miembros de la junta de SCC, a pesar de la dimisión, en principio siempre fueron fluidas. Tengo infinidad de correos que intercambié durante dos años con gentes que ahora me niegan. Pero a veces hay sorpresas y el gallo canta. En cualquier momento se los puedo mostrar a cualquiera.

Pasó el tiempo, y un día mataron al otro padre de la criatura a José Ramón Bosch. Al respecto tengo mi teoría, pero como no la puedo demostrar ni la mencionaré. Luego vino un acto de SCC en la plaza san Jaime. Ahí acudieron muchos miembros y simpatizantes de Somatemps.

Qué en un acto por la unidad de España no sonara el himno nacional, representaba que el hijo se había emancipado. Se sentía fuerte y poderoso, no era para menos pues contaba con unos recursos que –siendo fieles al espíritu fundacional- debían ayudar a asociaciones más débiles. El niño ya era grandecito y hacía lo que le parecía bien. Ya no existía la realidad fundante (el padre, o espíritu fundacional) y por tanto la conciencia, en principio, no tenía que remorderle a nadie (esto no es cierto porque aún guardo mucho amigos en SCC y me reconocen que hay cosas que debe cambiar). Además, siguiendo el esquema freudiano, el parricida se había quedado con la madre deseada: el monopolio de lucha contra el independentismo y el nacionalismo.

Hay otras asociaciones cívicas que mantenemos contacto permanente, hemos organizado actos en conjunto y a veces actos por separado porque respetamos nuestras idiosincrasias. Somos humanos, tenemos errores e incluso a veces nos peleamos.

Me entraron ganas de volver a leer Lacan y Freud. Pero francamente, ya no estoy para eso. Hay algo mucho más importante que estas trivialidades. No quiero perder fuerzas ni energías en tener que hablar de cosas elementales. Creo que SCC fue fundada para cumplir una función importantísima y si no es capaz de redescubrirla, entonces ella misma se atrofiará. Nada puede existir contra su propia naturaleza. Si redescubre su origen y raíces, yo seré el primero en alegrarme y animar a todos mis amigos y conocidos a apoyar ese proyecto.

Hay otras asociaciones cívicas que mantenemos contacto permanente, hemos organizado actos en conjunto y a veces actos por separado porque respetamos nuestras idiosincrasias. Somos humanos, tenemos errores e incluso a veces nos peleamos. Pero entre esas asociaciones siempre hemos arreglado nuestras diferencias porque hay algo más importante por lo que luchar.

Al rey desnudo, alguien le tiene que avisar que va a coger un constipado. Y eso es lo que he venido a decir públicamente. Si alguien se ha sentido ofendido, le pido disculpas. Si alguien quiere explicaciones, estoy dispuesto a darlas todas y más.

SCC, al menos aquella originaria de la cual yo fui fundador, partícipe y socio, tiene un papel fundamental en la sociedad catalana y todo mi respeto. Y si saben cuál es el bien de Cataluña, no tardaremos en solucionar nuestras diferencias. Mi entrevista en ElMon, vino a ser el gemido del padre que ve como un hijo le desprecia y no quiere reconocerle. Un hijo que pierde el norte y hay que decirle que ese no es el camino.

Al rey desnudo, alguien le tiene que avisar que va a coger un constipado. Y eso es lo que he venido a decir públicamente. Si alguien se ha sentido ofendido, le pido disculpas. Si alguien quiere explicaciones, estoy dispuesto a darlas todas y más. Si alguien, para tranquilizar su conciencia, me quiere “matar” borrándome de un plumazo de la historia de SCC, entonces la responsabilidad y el honor, me obligarán a continuar este escrito.

Francamente, no me apetece nada, pues creo que las asociaciones cívicas no nacionalistas tenemos una misión mucho más urgente que dedicarnos a demostrarnos entre nosotros no se sabe qué. Ahí va mi mano extendida para trabajar juntos. Que nadie diga que no voy de frente.

Javier Barraycoa

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29 comentarios en “Matar al padre o los orígenes de SCC: ¿por qué no quieren reconocer que fui co-fundador?

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  2. Puedo afirmar que es cierto lo que dice Javier Barraicoa. Pues algunos de Convivencia Cívica Catalana, estuvimos en el Hotel Athenea, en la misma mesa de Mariano Ganduxer, Ángel León y su esposa Alicia. por lo tanto creo que hay suficientes testimonios.
    Raquel Casviner Cañellas
    Tesorera y Relaciones Públicas de Convivencia Cívica Catalana

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  3. Me resulta paradójico el hecho de que cuando mayor es la presión absurda y desquiciada de los nacionalistas en su afán por convencer a la opinión pública, los catalanes que aún mantenemos el sano juicio y con él la firme convicción de la españolidad de Cataluña, nos dediquemos a la crítica, a la descalificación y al ataque entre nosotros.
    El no reconocimiento de Javier Barraycoa como elemento esencial en la fundación de Sociedad Civil Catalana solo puede deberse a un despiste monumental o a una mala uva patológica.
    Recuerdo con cariño un primer encuentro de Barraycoa, Bosch, Alsina y un servidor en una cafetería próxima al hotel Atenea cuando los mencionados se dirigían a una entrevista con el siempre bien recordado Ganduxer y aprovecharon para conocerme.
    Semanas más tarde se iniciaron las primeras cenas de trabajo para decidir la creación de SCC y las consiguientes reuniones asamblearias en los salones del Atenea con “pica-pica” incluido y el trabajo de Javier o yo mismo pasando la papelera a modo de hucha para que todos los presentes (excepto los que se “escaqueaban”) pagasen su parte correspondiente del alquiler de la sala que previamente había contratado.
    En mi condición de primer secretario de la incipiente Sociedad que aún no tenía nombre, me correspondía convocar a los asistentes y verificar su asistencia y me consta la presencia en todas ellas de Javier, amén de tenerlo documentado.
    Cuídense los olvidadizos e indocumentados de hacer afirmaciones sin haberlas contrastado antes. Los que guardamos el grato recuerdo de haber contribuido a la creación de Sociedad Civil Catalana no permitiremos que se tergiverse nuestra contribución a la lucha por la defensa de la Hispanidad de Cataluña.
    Xavier Codorníu

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    • Te niegan, no por falta de información, que la tienen toda, te apartan, porque
      no les favorece, que les asocien al Carlismo, están bien donde están y les preocupa perder privilegios, que son incompatibles con tus criterios.

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  5. Con lo que está cayendo, apartad esas tontas disputas entre vosotros. Cuando la cosa se calme, entonces podréis tiraros de los pelos como cualquier marujilla de barrio. OK?

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  11. Las malas lenguas apuntan que el formato carlista no era de agrado para SCC, pues como sucedió con C’s para mantener cierta imagen de no sé qué, donde el argumentario reza que es preciso purgar elementos discordantes. Lo mismo sucedió con el Sr. Bosch. En fin, le animo a explicarlo en un nuevo libro de memorias de SCC.

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